El refugio, en los sistemas de crianza artificial de terneros, es una herramienta fundamental para los tiempos que corren. La cada vez mayor intensificación en los tambos, exige tener un alto porcentaje de vaquillonas para reposición en el sistema, y si no se puede reponer con una vaca joven la salida de una vaca adulta, la empresa comienza a descapitalizarse.
El mayor problema del bajo número de vaquillonas logradas, es debido a la alta tasa de mortalidad en la guachera. Esto se debe principalmente a la falta de capacitación del personal y a la falta de la infraestructura necesaria, para ofrecerle al ternero recién nacido, un lugar cálido, limpio y de protección para que pueda desarrollarse normalmente.
El refugio está constituido por un bastidor en hierro ángulo de 1" x 1/8" (25.4cm x 3.2mm), con un cerramiento en todos sus laterales hecho con enrejado de hierro de 15cm x 15cm, y cubierto por chapa 22 (0.7mm) galvanizada en la mitad posterior del techo, la mitad posterior del lateral derecho, el fondo y el comedero. Posee patines anchos para facilitar su desplazamiento y aros porta-baldes de la medida justa, de tal manera que no dañe los recipientes plásticos.